miércoles, septiembre 15, 2010

Personas adecuadas para el crecimiento de la empresa y viceversa

Siempre queda el gusanito sobre si tenemos las personas que se requieren para sustentar el crecimiento de la empresa.Cuando uno se detiene a pensar en ello queda una sensación como de quien tiene una tarea pendiente.

Si las personas tienen un desempeño excelente, nos preocupan que se vayan. Por el contrario si no muestran el compromiso con su trabajo, que ahora se requiere, sabemos que tenemos que hacer algo al respecto.

Uno de los mayores retos es lograr que la empresa inspire a los colaboradores a dar lo mejor de sí, pero ¿Concretamente que podemos hacer al respecto?

Te propongo hacer un doble análisis: Primero pregúntate si tienes las personas adecuadas para el crecimiento de la empresa y toma las medidas necesarias para que las personas respondan a las necesidades de la empresa.
A continuación preguntate si la empresa es la adecuada para el crecimiento de las personas y toma las medidas necesarias para que la empresa responda a las necesidades de la personas.

La medida del compromiso de los colaboradores hacia la empresa está determinado por el compromiso de la empresa hacia los colaboradores. Es inútil esperar compromiso nada más de un solo lado. Nadie se compromete con quien no esta comprometido.

Es increible que haya dirigentes que esperan tener a las personas "adecuadas" para el crecimiento de la organización sin nunca haberse planteado si su organización resulta "adecuada" para el crecimiento de las personas. Como si una pudiera darse sin la otra.

La gente representa uno de los aspectos más "duros" para la gestión actual. Pero no hay que inventar el hilo negro. Tus colaboradores están ahi, junto a tí. Ellos saben que cambios se necesitan hacer en la empresa para que sea una estructura que propicie la inspiración y crecimiento para todos.
No se se necesita ser un experto en ciencias humanas, tan solo basta verse a si mismo y al otro como persona.

Esperar que la gente responda a nuestras expectativas es poner el balón en la cancha ajena. Trabajar por transformar nuestra organización para que resulte inspiradora para las personas pone en nosotros la iniciativa.

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