miércoles, noviembre 11, 2015

Un cambio en nuestra forma de ver a las personas en la empresa

Cuando realizamos nuestro trabajo diario nuestra atención puede estar puesta en la tarea que han de realizar las personas o en las personas que han de realizar la tarea.

Nuestro enfoque en la tarea o en las personas hace un mundo de diferencia.  Las personas a tu alrededor e incluso tu mismo perciben tu intención y se sienten relegadas, menospreciadas o ignoradas.

Lo que aprecias se aprecia. Lo que no aprecias se deprecia.

Existe una gran sed de aprecio. Las personas en el mundo del trabajo anhelamos reconocimiento. No nos referimos a recibir aplausos y diplomas. Se trata de un reconocimiento más esencial. Queremos ser tratados como personas, que se nos reconozca nuestra dignidad.

Por tanto es necesario cambiar nuestro foco de atención hacia las personas. Antes de pensar en la tarea hemos de pensar en las personas que han de realizar la tarea. Plantear el trabajo en términos de las personas primero significa usar el trabajo para que las personas se desarrollen.

Plantear el trabajo en términos de la tarea que han de realizar las personas deshumaniza, cosifica, reduce a las personas a la categoría de empleados. Es decir, dejamos de ver personas para tratar con empleados.

Este es desde mi punto de vista el salto cuántico que se requiere dar en el mundo del trabajo para ponernos en el camino de organizaciones florecientes, que generen bienestar  y prosperidad (para todos: trabajadores, clientes, proveedores, accionistas, sociedad) .

Pasar de ver a los colaboradores como "recursos humanos" a "personas con recursos" (insospechados, ilimitados, grandiosos) implica un giro de 180 grados para quienes han dirigido organizaciones toda su vida. Representa un gran reto cambiar su manera de ver el papel de las personas en la empresa.

Así como en su tiempo representó un gran cambio comprender que es la tierra la que gira alrededor del sol, así ahora hemos de entender que es la organización la que debe cambiar. Que no son las personas las que giran alrededor de la organización sino que es la organización la que gira alrededor de las personas.

Las personas son el centro. Las personas y dignidad. Las personas y su capacidad de elegir libremente, de pensar, de crear, de relacionarse, de dar sentido a lo que hacen. Las personas y su anhelo de encontrar plenitud en su trabajo. Las personas y su enorme deseo de encontrar que con su trabajo contribuyen a hacer un bien para el mundo.

La clave para construir organizaciones que contribuyan,  ya no solo a la sustentabilidad, sino al florecimiento del mundo está en diseñar y construir organizaciones donde las personas florezcan.

lunes, octubre 12, 2015

¿Qué tipo de relaciones ha establecido tu empresa con los colaboradores?

¿Qué tipo de personas atraemos a nuestra organización? ¿Qué atrae a las personas para que decidan trabajar con nosotros? ¿Qué tipo de relaciones hemos establecido con ellas?

Son cuestionamientos serios. En el día con día la calidad, la rentabilidad, el nivel de servicio que brinda nuestra organización depende de como realizan el trabajo los colaboradores. De su actitud, de su pasión, de su iniciativa. Imposible lograr un trabajo excelente y resultados sobresalientes sin personas que ponen "alma, vida y corazón en lo que hacen".

Quizá este sea el "sueño imposible" para la mayoría de los dirigentes.

El asunto es que lograr tal dedicación es consecuencia de la calidad de las relaciones que hemos logrado establecer entre la organización y los colaboradores.

De ahi la importancia de atender estos cuestionamientos. ¿Que buscan los colaboradores cuando vienen a trabajar a nuestra empresa? ¿Qué personas se van de nuestra empresa y quienes son los que se quedan? ¿Vienen solo por el dinero y las prestaciones? ¿Por que no encuentran opciones mejor o mientras encuentran "algo mejor"? o por el contrario, ¿vienen porque aquí encuentran la forma de realizar lo que les gusta, lo que les apasiona, lo que les hace sentir valiosos y útiles a los demás... y además les pagan por hacerlo?

¿Que tipo de relaciones hemos creado con ellas? ¿Que tipo de relaciones queremos crear con ellas? No es asunto, solo,  de que esperar que nos lleguen buenos trabajadores. Se trata de diseñar nuestras organizaciones para atraer al tipo de colaboradores que queremos atraer.

Esto implica repensar nuestra "propuesta de valor a los colaboradores". Está claro que no podemos crear "organizaciones de vanguardia, prosperas, excelentes, innovadoras... etc.," ofreciendo "sueldo y prestaciones por encima de la ley".  Los colaboradores de hoy (y mañana) aspiran mucho, pero mucho más que eso.

En los próximos posts encontrarás algunas pistas sobre este tema.




domingo, octubre 04, 2015

Rediseña tu organización para que las personas sean felices al trabajar.

"Parece hecho adrede, con tanto trabajo y justo ahora es cuando se le ocurre renunciar".
 "Ya estaba apalabrado, pero se fue a otra empresa por que le ofrecieron más dinero"

Una y otra vez oigo el mismo clamor. Sin importar si es o no lucrativa, los dirigentes de las organizaciones tienen la misma urgente necesidad. La marcha de las empresas y organizaciones se ve afectada porque no encuentran personal comprometido.

Todavía más, se dan cuenta que cada vez destinan tiempo y recursos para atender y corregir las consecuencias negativas que se derivan de personal con "problemas de actitud". La atención de los dirigentes se va, no a ver como crear valor y asegurar un futuro sino que se quedan detenidos, en tratar de contener o detener la hemorragia que sufre su organización.

Por otra parte ejemplos como el de Spotify nos permiten entender que no hay tales problemas de actitud, sino que mas bien es el diseño de la cultura el que inhibe o libera el potencial de las personas.

Te invito a analizar detenidamente los dos videos. Verás como si es posible despertar el compromiso de las personas. Encontrarás como se construyen culturas poderosas que ponen a trabajar los mejor de las personas.

Es necesario innovar nuestras organizaciones. La clave son las personas. Es necesario rediseñar la cultura de nuestras organizaciones. Hacerla a la medida de las aspiraciones de las personas. Las personas se levantan todos los días y van a trabajar buscando ser felices, hacer un gran trabajo.
El diseño de las organizaciones no está hecho para que las personas se realicen y prosperen.

Es evidente la "renuncia" emocional de la mayoría de las personas. Nuestras organizaciones no son competitivas, no saben como cautivarnos. No saben como poner a trabajar lo mejor de nosotros mismos.

Pregunta a diez personas que piensan de su trabajo y verás como la gente se siente desilusionada. Van solamente porque necesitan el dinero, pero la mayoría de sus aspiraciones ni siquiera son tomadas en cuenta en la "propuesta de valor al colaborador".

Aqui esta el drama: Nuestras organizaciones necesitan velozmente crear valor e innovar, sin embargo, se encuentran entrampadas en iniciativas y soluciones que corresponden a formas de organización de la era industrial. Saben del papel esencial de las personas pero no pueden ver más allá. Siguen presas de un modo de ver "utilitario" "cosificante"del "capital humano". No alcanzan a desprenderse de la visión de "recursos humanos".

Estoy trabajando en un libro que permita a los dirigentes encontrar salidas. Creo que las organizaciones de mi país no pueden crecer de manera sustentable sino innovan a la velocidad que ahora se requiere. Sin embargo, la innovación primaria está en crear las condiciones que potencien todo el talento de todas las personas.

La innovación de productos, procesos, mercados, etc. manteniendo el viejo modelo de mando y control sencillamente no es sustentable. Las personas de hoy (y de mañana) sencillamente no están dispuestas a poner toda su pasión, su entusiasmo, su creatividad y compromiso para crear valor, si no encuentran organizaciones que estén dispuestas a hacer esto mismo por ellos.




miércoles, septiembre 16, 2015

"Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma"

"Yo soy el responsable de los resultados que obtengo en mi las diferentes áreas de mi vida..."
"Si, existen factores externos y decisiones de otros pero finalmente lo que está pasando en la empresa es producto de lo que yo hago o dejo de hacer..."
"trabajamos en una empresa familiar y tanto los resultados económicos como el deterioro o la calidad de vida que tenemos en nuestra familia depende de mí, de mi actuación, de las decisiones que he tomado o he evitado tomar..."

¿Cuántas personas conoces que enfoquen la vida con este grado de responsabilidad?
¿Cuantos empresarios conoces que se vean a sí mismos con este señorío, con esta madurez de conciencia?

Pocos son los empresarios que se sienten dueños de sus acciones. La gran mayoría tiende a echar culpas y responsabilidades para fuera.

Nuestra cultura no nos forma como personas responsables. No somos educados para asumir la responsabilidad de nuestros actos y mucho menos de nuestra vida. En algún momento nos formamos la idea que lo que nos sucede es porque "otros" no hacen lo que tienen que hacer y que no somos felices porque hay factores fuera de nuestro control. Así terminamos con una mentalidad de "víctima".

Este es un virus nocivo en las organizaciones. Sobretodo cuando los empresarios son los que no se ven a si mismos como amos de su destino, como capitanes de su alma (Nelson Mandela).

En mi experiencia de 23 años como consultor cada vez más confirmo que la piedra angular para cualquier transformación organizacional es comprobar que el empresario o dueño se vea a si mismo "empoderado". Es decir "protagonista", "diseñador y o autor" de su vida y no "víctima".

Cuando en una organización el dirigente máximo asume este señorío sobre su destino es posible hacer maravillas en corto tiempo.

Mi gran cuestionamiento ahora es ¿Cómo podemos hacer los consultores, trabajadores, esposas y familiares apoyar a los "dirigentes víctimas" para que recuperen ese señorío sobre su vida,  que les hace ser verdaderos capitanes de empresa?

Son bienvenidas tus ideas, comentarios y aportaciones al respecto.

sábado, septiembre 05, 2015

Recupera tu poder y logra los resultados que quieres

"Juanito no entiende, por mas que le digo sigue muy por debajo de lo que espera de su puesto". ¿Cuántas veces te has sentido molesto y frustrado por situaciones semejantes a esta? Para quienes dirigen personas es muy fácil entrar en esta forma de interpretar que los lleva a un deterioro en las relaciones y en su calidad de vida.

Cuando ves desde esta perspectiva, la causa y el problema están afuera de ti. El problema son los otros, por tanto, son ellos los que "deben cambiar" para que tu estés bien. De una u otra manera capta tu malestar y el otro al sentirse coaccionado menos cambia.Se ha creado un circulo vicioso. El otro no cambia y tu te sientes cada vez más frustrado y enojado.

Lo peor es que no te das cuenta que cada vez vas perdiendo tu poder.

Hay otra forma de ver las cosas y es verte tu como la causa de los resultados que tienes en tu vida.
Cuando tu asumes la responsabilidad por las relaciones y situaciones que te ocurren en la vida se te abre un mundo de posibilidades.

No es fácil. Detenerte y plantearte ¿qué estoy haciendo yo (o dejando de hacer) para que Juanito siga dando resultados muy por debajo de lo que espero de él? quizá  te resulte incomodo.
Sólo cuando tu te ves como causa de los resultados en tu vida recuperas tu poder.

Tenemos una deformación cultural que nos hace ver la vida como "víctimas". Nos hemos vuelto expertos para echar la culpa a otros. No puedes tener en tu empresa personas con esta mentalidad. Necesitas personas responsables, que asuman las consecuencias de sus actos. Por tanto es preciso que les ayudes a recuperar su poder.
Destierra el juego de la "víctima". Declara tu empresa libre de este virus. Empieza por ti, muestra con tu ejemplo. La próxima vez que te sientas frustrado e impotente, antes de echar culpas para afuera, pregúntate ¿qué estoy haciendo yo que estoy causando estos resultados en mi vida?

Con toda seguridad te digo que recobrar tu poder  te permitirá lograr los resultados que realmente quieres.

miércoles, febrero 04, 2015

No instruyas, deja de interferir y libera el potencial de tus colaboradores

Durante el ultimo mes he estado practicando con los directores de empresa y sus colaboradores "El juego interior del Trabajo" y ha sido francamente espectacular los resultados que hemos observado y que quiero compartir contigo.

En cada actividad humana hay dimensiones: la externa y la interna. Afuera hay una lucha pero dentro de nosotros hay otra.  Antes de ganar el "juego externo" es preciso ganar "el juego interno", es decir sobreponerse a las dudas, ansiedades, creencias negativas, etc., que uno mismo se pone y que limitan la expresión de nuestro potencial. El juego interior se juega para superar los obstáculos auto impuestos que impiden una persona o equipo accedan a su máximo potencial.

La formula es muy simple: Rendimiento = potencial - interferencia, (P = p - i). Según esta fórmula, el rendimiento se puede mejorar ya sea cultivando "p" potencial o disminuyendo "i ", la interferencia .

Este concepto que Tim Gallwey descubrió mientras enseñaba tenis es la semilla de una revolución para hacer cambios radicales en nuestra manera de enseñar y de aprender en la escuela y el trabajo.

La esencia de la aportación de Gallwey es que al comprender como funciona el juego interno pudo hacer un cambio radical en su manera de enseñar que permitió a los tenistas lograr rendimientos notoriamente superiores.

Gallwey se dió cuenta que sus  instrucciones o consejos en ocasiones se convertían en interferencias por los tenistas acostumbrados a una mentalidad de "mando y control". Es decir, se venían a sumar a esas voces que dentro del tenista le decían "tienes que hacer esto...no debes hacer lo otro". Encontró maneras de ayudar a que el tenista tomara conciencia y eligiera mejores formas de jugar por si mismo. Dejo de ser instructor y paso a ser un favorecedor de la toma de conciencia.

Devolvió al alumno la responsabilidad y el gozo por su aprendizaje y su desempeño.

Imagina lo que esto significa. Es el secreto que hemos estado buscando los maestros en la escuela y los gerentes en el trabajo. Entender que podemos liberar el talento de los alumnos y de los trabajadores disminuyendo las interferencias es una clave sensacional no solo para aumentar la productividad sino para desarrollar el talento en nuestras organizaciones.

Todavía más. Entender que los jefes aumentamos la interferencia interna de nuestros colaboradores con nuestras "ordenes e instrucciones" y que hay formas distintas de ayudar a mejorar su desempeño que provocan que los colaboradores se apropien de la responsabilidad por aprender, disfrutar y lograr resultados...¿A poco resulta una propuesta tentadora?

Continuará.